La Princesa y el Sapo
Habíase una vez una princesa
y un sapo, en un país de fantasía.
Lloraba la princesa de tristeza,
y el sapo la miraba y sonreía.
La princesa lloraba su destino;
que era casar con un príncipe guapo,
que transformado en un horrible sapo,
había de encontrar en su camino.
Un beso de la bella bastaría
para poner el fin a aquel hechizo.
-Cerró los ojos y sin más lo hizo-
de pronto ¡Qué sorpresa, qué ironía!
Volviose un sapo y fue a dar al piso.
(Y el sapo la miraba y sonreía).
jajaja pobre princesa, cuantas veces pasa. Muy linda tu historia.
ResponderEliminarHola Laura; Gracias por compartir esta sonrisa...
ResponderEliminarun abrazo
Hay un poema de Rubén Darío, sobre las etapas de un amor finalmente perdido, donde el mudo testigo es un Buda de Basalto, y en el cual se repite el verso "y el Buda de Basalto sonreía"... La frase, si bien se aplica a una situación y temática distinta, métricamente y en cadencia es muy similar... inevitablemente el verso del sapo, tiene las influencias del verso de Buda... perdonen el atrevimiento...
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